El coste de esas operaciones se define habitualmente por tiempo (tiempo de preparación, tiempo de ejecución por unidad fabricada), asignando un coste por minuto u hora en cada máquina (coste directos o indirectos). Alternativamente la definición de ese coste unitario puede ser por unidad fabricada.
Además, contemplan calendarios y parámetros de capacidad y eficiencia para los recursos que realizan esas operaciones, sean máquinas u operarios. Esos datos permiten planificar, de manera más o menos ágil según el ERP, la asignación de órdenes de fabricación a máquinas.
Por fin los más potentes permiten tener trazabilidad de los componentes consumidos al fabricar un producto para poder reclamar al proveedor en caso de reclamación de cliente o problemas de calidad. Eso pasa por una gestión de inventario por lote. En el caso del tejido, sobre todo para poder gestionar el almacén por dispositivo móvil con lectura de código de barras, es necesario poder gestionar el inventario no solo por metros, sino por pieza, indicando en cada pieza, además de sus metros, datos adicionales de calidad y trazabilidad.
Sin embargo, los procesos de fabricación de tejeduría presentan particularidades que no suelen estar contemplados en un ERP generalista.
¿Qué tener en cuenta en los procesos de fabricación de tejeduría?
La primera de estas particularidades es que los costes de las operaciones de tejeduría efectuadas en telares se suelen calcular por pasadas de trama. Eso requiere poder definir, por producto tejido, el Nº de pasadas por centímetro y luego asociar a los telares un coste por pasada, que permite entonces calcular los costes por metro tejido en base a esos datos.
Por tanto, requiere de datos específicos en fichas de producto (pasadas por centímetro del producto) y en las fichas de máquina (coste por pasada).
Otra particularidad es que la tejeduría plana requiere de uno o varios plegadores y de hilo de trama. La compra del hilo no suele representar complejidad, dado que se compra y se consume en kilos. Pero el caso de los plegadores, cuando se compran, es distinto. Dado que un plegador se compone de hilo de urdimbre, los proveedores suelen venderlos por kilo. Sin embargo, su consumo suele ser en metros de plegador por metro de tela. Y la relación entre kilo y metros, en ciertos tipos de composición sensible a la humedad, no es fija.
Por fin el resultado de la tejeduría suele ser un producto semi elaborado de la cadena textil, que luego se tinta o estampa y acaba. Y los procesos de tinte y estampación, para que resulten uniformes en color, dependen de que el tejido se haya tejido con los mismos lotes de hilo de trama y urdimbre para que el tejido tenga una afinidad a los colorantes constante en cada pieza.
Eso requiere de una trazabilidad perfecta del lote proveedor de hilos usados tanto en trama como en urdimbre. También puede ser interesante poder indicar un concepto de calidad en cada partida de hilo y en cada pieza de tejido. Conservar el dato del lote proveedor en cada recepción de hilo (sea de trama o de urdimbre) es algo relativamente fácil para cualquier ERP. Pero un plegador puede estar compuesto de varios hilos y un tejido puede estar compuesto de varios plegadores y de varios hilos de trama. Por tanto, es fundamental poder mantener en cada plegador fabricado la mezcla de lotes proveedor que lo componen y trasladar ese dato a cada pieza tejida, asociado además a los lotes proveedor de los hilos de trama consumidos. Eso permite obtener, en cada pieza tejida, el dato de la composición de lotes de proveedor de hilo que han servido a su fabricación (llamémoslo partida de cada pieza) para poder consultarlo si se tinta o estampa internamente, transmitir a los clientes cuando el tejido en crudo se vende y a los subcontratistas cuando se tinta o estampa fuera de la organización, asegurando un resultado final uniforme en color y acabado.
En cuanto a la planificación de máquina, los procesos de tejeduría suelen ser largos y requieren de una preparación larga (en particular montar filetas para urdir o montar plegadores en telares). Aunque a veces, cambios no previstos son necesarios, es importante minimizarlos para optimizar los tiempos de producción. Además, un retraso en la fabricación de un plegador impacta directamente en la programación de la tejeduría que usará ese plegador. En ese sentido hay herramientas de planificación gráficas que ayudan mucho en esos procesos.